Resumen

¿Y si adaptáramos los servicios hospitalarios de urgencias a la demanda social y no a las necesidades de salud?

Moreno Millán E

Filiación de los autores

Doctor en Economía, Licenciado en Medicina y Cirugía. Primer Presidente de la SEMES. Sevilla, España

DOI

Cita

Moreno Millán E. ¿Y si adaptáramos los servicios hospitalarios de urgencias a la demanda social y no a las necesidades de salud?. Emergencias. 2008;20:276-84

Resumen

El incremento producido en la utilización de los servicios de urgencias hospitalarios (SUH), en estos últimos años y en todos los países desarrollados –incluso para situaciones de baja complejidad que podrían ser atendidas en niveles inferiores– no obedece simplemente a los cambios demográficos (aumento de la población por envejecimiento y movimientos migratorios) ni epidemiológicos, sino que parecen existir otros factores que intentan explicar y se asocian a esta conducta, como la necesidad percibida de atención inmediata, la dificultad de acceso a otros recursos del sistema, la falta se aseguramiento público y el nivel socioeconómico y cultural. España no ha sido ajena a ese fenómeno que, sin duda, contribuye a la masificación de estos departamentos, pérdida de continuidad asistencial y de calidad, insatisfacción de profesionales, inadecuación y demora en la atención a las urgencias verdaderas, mayor gasto sanitario y repercusiones muy importantes sobre la gestión del resto del hospital. Investigadas las causas de ese incremento, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda, y analizadas las intervenciones realizadas hasta la actualidad para disuadir o evitar el aumento de la frecuentación a los SUH (facilitar la accesibilidad a la atención primaria, mejoras educativas, instauración de barreras, reformas organizativas) derivando buena parte de la misma a los centros extrahospitalarios, se ha comprobado su escasa efectividad cuando no su inutilidad. Dados estos resultados, y entendiendo las diferencias entre necesidad,

demanda y oferta de salud, desde un punto de vista antropológico y social –y, por tanto, los intentos de justificación de las percepciones de los ciudadanos ante una

urgencia– cabría plantearse el rediseño funcional de la asistencia a estos procesos en un nuevo escenario, donde el hospital fuera adaptado al modelo de gestión del SUH y no a la inversa.

 

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