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Intoxicación por monóxido de carbono: claves fisiopatológicas para un buen tratamiento
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Oliu G, Nogué S, Miró O. Intoxicación por monóxido de carbono: claves fisiopatológicas para un buen tratamiento. Emergencias. 2010;22:451-9
Resumen
En España, la intoxicación por monóxido de carbono (ICO) es la intoxicación por gases
más frecuente. Su causa más habitual son los accidentes domésticos debidos a la combustión
incompleta de gases en estufas, calentadores, calderas, braseros y otros, así como
la inhalación del humo de los incendios donde la ICO, junto al cianuro, constituyen
la principal causa de víctimas mortales. La capacidad tóxica del monóxido de carbono
(CO) depende, esencialmente, de su unión a dos moléculas que contienen el grupo
heme: la hemoglobina, que como resultado causa hipoxia anóxica y la mayor parte de
la sintomatología aguda, y los citocromos de la cadena respiratoria mitocondrial, con el
consiguiente bloqueo de la respiración celular y a la que se atribuye la sintomatología
diferida que se produce en algunos pacientes. Los signos y síntomas más frecuentes
son cefalea (96,9%), mareo (66,1%), náuseas (35,8%), inestabilidad a la marcha
(32%), pérdida de conciencia (29,2%) y taquicardia (20%). Los niños, embarazadas,
ancianos y pacientes con coronariopatía previa se consideran población de riesgo de
afectación severa. La confirmación diagnóstica es analítica: determinación sanguínea de
la hemoglobina ocupada por CO mediante una analítica o con un pulsioxímetro y/o la
detección de CO en aire espirado. Ante la sospecha de ICO, se debe evitar la entrada
de más CO en el organismo, y retirar a la víctima de la fuente de inhalación, con autoprotección
del personal de rescate, asistencia y ventilación del local. Debe administrarse
de inmediato oxígeno en condiciones normobáricas a la mayor concentración posible
(mascarilla de alto flujo o al 100% si está intubado) ante cualquier diagnóstico de
sospecha, sin esperar la confirmación analítica. Se discute en esta revisión el uso de oxígeno
hiperbárico en la ICO.