Resumen

Hablemos de urgencias

Sanjuán E

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Sanjuán E. Hablemos de urgencias. Emergencias. 1991;3:283-

Resumen

. . . y no precisamente de las que estamos habituados a hablar en estas páginas. No hablaremos del mejor modo de trasladar a un accidentado de tráfico; ni de si al que se precipita por un barranco mientras practicaba el deporte del esquí en Andorra hay que trasladarlo al norte o al sur; ni siquiera hablaremos de los fibrinolíticos en el Infarto Agudo de Miocardio. Hay urgencias de las que todos somos conscientes, pero a las que, quizá por afectarnos hoy tan directamente, les restamos importancia. Me refiero a graves problemas sanitarios y socio-sanitarios, que requieren un esfuerzo de imaginación y voluntad, por parte de todos, para darles soluciones inmediatas. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad? No aquí dentro, de nuestra geografía, sino tras las fronteras que pronto se abrirán. La natalidad parece un vocablo olvidado, al que hemos transformado en otro: ancianidad o tercera edad. Y ello nos conduce a un modelo de sociedad que, a medida que avanza el tiempo, tiene visos de transformar todas las estructuras sanitarias que se han venido planificando. La temida masificación de las urgencias hospitalarias, quizá llegue a dar un vuelco en favor de una mayor masificación de ancianos en las salas de espera de los ambulatorios y centros de atención primaria. Y si el proyecto Abril sigue adelante, ya hemos tenido un primer grito de rebelión por parte de este colectivo cada vez más numeroso: . . . desviaremos nuestro voto hacia partidos que se opongan a estas reformas. . . ¿Cómo van a pretender que costeemos el 40% de los medicamentos que nos son necesarios? Creo sinceramente que no se pueden arbitrar soluciones de urgencia ante la incapacidad de reconducir una situación que hace años se venía gestando. El batallón de tercera no ha aparecido de repente. Venía dando muestras de su existencia desde hace tiempo. . . y ¿por qué no se controlan las recetas que se dispensan? De todos son conocidos los innumerables chistes que al respecto se cuentan, como aquel que. . . Va un amigo y le dice a otro:- Sí, este doctor ha sido muy amable, me ha hecho infinidad de preguntas, me ha mirado por todos lados, me ha explorado detenidamente. . . pero creo que no volveré más a verlo porque no me ha recetado nada. Hemos creado una generación de drogodependientes. y hablamos de que ante una situación de emergencia hay que guardar la calma y actuar con serenidad; aplicando y administrando lo estrictamente necesario. . . ¿Por qué no hacerlo igual en aquellos casos que no constituyen una emergencia?. Líbreme Dios de pensar que ante una masificación de los servicios de atención primaria, la tercera edad se dirige a los servicios de urgencia hospitalarios en busca de recetas! . . . Parece una situación grotesca, inimaginable y fuera de toda lógica. . . pero señores, después de la caída del Muro y la más estrepitosa caída del Comunismo en Rusia, yo me andaría con cuidado. Son muchos y, gracias a los avances médicos, cada vez más poderosos.

 

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