Las lesiones penetrantes suelen requerir un manejo más agresivo que las cerradas. Muchas veces este manejo agresivo implica la cirugía, en el caso de las lesiones penetrantes localizadas en la espalda y en los flancos las peculiaridades anatómicas de la zona permiten una aproximación más conservadora. En este artículo revisamos el manejo que han recibido estas lesiones en los últimos años y como se ha modificado la conducta a la vista de los resultados. Hacemos una breve descripción de las vísceras más frecuentemente afectadas y el mecanismo de lesión. Por último revisamos las técnicas diagnósticas y ofrecemos unas recomendaciones de actuación.
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